Hoy traemos un tema que, para poder disfrutar del presente, del ahora, que tanto hablamos con la práctica de Mindfulness es muy necesario, puesto que “no perdonar los agravios del pasado nos impide avanzar”, hoy traemos a esta sección de cuerpo, mente y emociones “El perdón”.

Porque nos surgen conflictos y cuando nosotros hacemos daño, lo mejor es disculparnos evidentemente, pero, ¿qué pasa cuando nos hacen daño? Aquí lo mejor es perdonar… y os vamos a dar unas claves para ayudarnos al proceso de perdonar.

¿Qué es perdonar?

Perdonar no es reconciliarse con la persona que nos ha hecho daño, ni que tengamos que ir a buscarle para hablar, no es olvidar lo que ha pasado ni quitarle importancia, realmente perdonar es soltar el rencor. Es un acto de amor, de reconocimiento y por tanto de liberación hacía nosotros mismos.

Cuando perdonas te liberas, estás tranquilo al reducir la angustia ante el recuerdo… porque perdonar al final es aceptar ese daño que nos han causado, pero no significa, como decíamos, que lo justifiques, ni que aceptes lo inaceptable… a veces tenemos que asumir que no podemos entender los motivos de la otra persona, pero sí es necesario liberarte de esas emociones que te hacen daño…

Además la ciencia nos demuestra, gracias a los estudios realizados, que las personas que perdonan, al permitir que se vaya el rencor, disminuye el estrés, la ansiedad, mejora el sueño (todos sabemos que cuando estamos dando vueltas a un tema en concreto que nos duele nos quita el sueño), disminución del dolor crónico,  hace que nos sintamos mas felices… y por el contrario, los que no perdonan sufren niveles altos de presión arterial y frecuencia cardiaca entre otros problemas de salud, además de la carga emocional que nos produce el no perdonar, como la rabia, el rencor, la culpa…

Las diferentes corrientes religiosas ya predicaban sobre la importancia del perdón para enriquecer el alma, pero es ahora cuando las ventajas del perdón se hablan desde el punto de vista científico.

¿Cómo podemos perdonar?

Isabel: no se trata de decir, “te perdono”, y listo, perdonar a veces es un proceso largo y difícil y cada persona necesita su propio ritmo evidentemente, pero hay unos pasos que puedes seguir para lograr ese perdón:

  • Piensa en esa situación que te duele ¿Qué necesitas perdonar? ¿a quién? Ponle nombre a esa persona…

 

  • ¿Para qué quieres perdonarla? Una vez que tengas identificado el para qué quieres perdonar, ya sea para descansar, avanzar, lo que sea….

 

  • Expresar tus emociones, porque necesitamos expresar cómo nos sentimos, si tengo rabia, ira, tristeza, decepción… no hace falta que vaya a hablar con la persona en sí, que si puedes genial pero también puedes escribir una carta, o hablar como si estuvieras delante… aquello que te ayude a liberar y expresar esta emoción.

 

  • Entender el por qué, y es que posiblemente nunca estemos de acuerdo con aquello que nos ha hecho daño, pero encontrar una explicación ya sea porque ha sido casualidad, algo que nos explique el por qué ha ocurrido, encontrar el sentido.

 

  • Y una vez que has procesado el sentimiento, lo has entendido y tienes la seguridad de que NO se va a repetir, es el momento de “Dejar ir” que es lo opuesto a aferrarse, permitir a cada situación seguir su propio curso, confiar en el proceso, dejar que las cosas sean y aceptarlas tal y como son…  nos puede ayudar hacerte una promesa a ti mismo de que vas a dejar de pensar, de “rumiar” sobre lo mismo…

 

  • Por último, libérate, comienza a perdonar… teniendo en cuenta que perdonar no es lo mismo que reconciliar …  puedes perdonar, pero puedes elegir también no reconciliarte con la persona que estás perdonando.

 

En resumen, animaros a marcaros un sueño, un objetivo, recordar que tiene que ser un objetivo en positivo, concreto, que tenga tú “para qué”, para qué lo que quieres conseguir, que lo puedas medir, y que tenga una recompensa… y luego márcate un plan de acción y ¡¡ve a por ello!!

 

A veces nos hacen daño y nosotros también hacemos daño a otros, y no de manera consciente, tenemos que tener en cuenta que no solo nos hacen daño a nosotros, sino que nosotros también hacemos daño, a veces por un comentario ya sea con intención o no y haces daño a la otra persona, a veces tienes un mal día y descargas con la persona que se te cruce ya sea en el coche, en casa, los niños… por lo que es importante saber pedir perdón, disculparnos… la empatía ayuda a perdonar, y es que a veces hacemos daño por nuestro propio miedo y confusión.

Muchas veces nos podemos sentir heridos porque la otra persona no te da lo que tu quieres, a lo mejor ni siquiera sabe lo que necesitas… igual esperamos demasiado de alguien, aquí es interesante que busquemos en nuestro interior y que analicemos si somos responsables, es decir si, tenemos algo de culpa, y si es así debemos aprender a perdonarnos a nosotros mismos para poder perdonar a otros.

Y darnos cuenta de que somos responsables de nuestra vida, en el sentido de que soy la única persona que puedo modificar mis actos y mis pensamientos… por tanto, si nos damos cuenta de esto dejamos de dar tanto poder a la otra persona, ¡ojo!  esto no significa que justifique el daño si no que le quitas poder a la otra persona.

Por tanto, es importante perdonar sin dejar de ser tu mismo y perdonarte a ti, a veces, cuando hablamos del perdón pensamos que es siempre hacía otras personas, pero muchas veces se trata más de perdonarnos a nosotros mismos, porque sin darnos cuenta, somos duros con nosotros mismos, nos hablamos mal y nos sentimos peor por no haber hecho determinada cosa o actuado de cierta manera. Son en estas ocasiones donde debemos tener más compasión y amor a nosotros mismos.

Perdonarse

Es muy importante aprender a perdonarse a uno mismo, porque según va pasando la vida vamos tomando decisiones, nos podemos equivocar, herir a otros… y vivir pensando o lamentando una acción pasada nos trae dolor… por tanto, perdonarse a uno mismo es permitirse avanzar, darte una oportunidad, y entender que tus errores no te definen. Pensar que lo hiciste lo mejor que pudiste, y es que, realmente, lo hiciste lo mejor que pudiste en función del nivel de conciencia que tenías en ese momento. Si por ejemplo te culpas por haber permitido que alguien te faltara el respeto, discúlpate contigo mismo por no haber sabido defenderte mejor…

Hay una historia que refleja mucho la carga emocional que nos deja el “no poder perdonar”.

“Dos monjes tibetanos se encuentran después de varios años de ser liberados de una prisión china, donde fueron torturados.

  • ¿ya has perdonado a tus captores? Preguntó un monje.
  • No, nunca
  • Bien, entonces, todavía te tienen en prisión…”

Y es que así es, hasta que no nos liberemos de esta carga del rencor, de enfado estaremos encerrados en nuestra propia prisión.

El mindfulness ayuda mucho…, y es que con la práctica de mindfulness conseguimos cambiar de perspectiva al percibir los problemas de la vida y con ellos vemos otras formas de solucionarlos, integramos en nosotros emociones que las sentimos como desagradables, aumentamos nuestra autoestimo y tenemos un mayor grado de aceptación, entendiendo que la realidad es la que es y dándonos permiso para actuar de un modo más flexible.

 

NAMASTE

¿AÚN NO TIENES LA GUÍA EN 4 PASOS PARA EXPRESARTE DE
MANERA ASERTIV@?

Consíguela aquí ¡GRATIS!.

Recibe GRATIS la "Guía en 4 pasos para expresarte de manera asertiva".

*Información básica de Protección de Datos. Responsable: Om mind coaching (Isabel Rubio y Ruth Prieto) – Finalidad: Enviar información adicional sobre los contenidos del blog, guías y documentación práctica sobre las actividades de Om Mind Coaching. Legitimación: Consentimiento del interesado. Destinatarios: No se cederán datos a terceros, salvo autorización expresa u obligación legal. Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos, portabilidad de los datos, limitación u oposición a su tratamiento, transparencia y derecho a no ser objeto de decisiones automatizadas.
Share This