¿Qué es esto de los saboteadores internos?
Si te preguntamos ¿Quién es tu mayor crítico?, ¿Qué me dices?
Exacto, somos nosotros mismos nuestros mayores críticos, nuestros mayores saboteadores, nuestra mente está llena de información, está llena de deberías, de como “deben” ser las cosas y de miles de pensamientos. Y como procesar todo ello no es fácil, nuestra mente hace lo que puede…
Esa parte de nosotros que busca la perfección, que se culpabiliza, le da vergüenza y que puede sentir envidia de otros…
Los saboteadores internos para que nos entendamos, son esas voces que tenemos en nuestro interior y que nos culpabilizan, critican… y todos tenemos algún tipo de saboteador interno, lo más importante es no permitir que sus voces tengan demasiada fuerza.
Por tanto, los saboteadores o críticos internos, son ese diálogo interno que hace que dudemos de nosotros mismos, y que surge de nuestros propios miedos, ¿y qué ocurre? Que nos limitan, que nos impiden ser felices… voces como “Ya soy demasiado mayor para esas cosas, no estoy capacitado para ese trabajo, soy muy poca cosa, mejor lo hago mañana, es que todo me sale mal, siempre tengo mala suerte, no vale la pena intentarlo…” esas palabras que nos decimos internamente, son las que nos limitan nos quitan la felicidad…
¿Por qué nos hacemos daño de esa manera?
Pues fíjate, realmente son creencias, aunque sean irracionales, pero que se crearon a partir de experiencias de la vida dolorosas, ya sea en nuestra infancia, en la adolescencia, incluso ya no solo a nosotros mismos, sino que es posible que lo hayamos vivido o visto en otros… y según vamos creciendo, haciéndonos mayores, de manera inconsciente, adoptamos esos patrones y los transformamos en pensamientos negativos, tanto para nosotros como para los demás.
Aquí lo importante es darnos cuenta de cuándo estamos adoptando este patrón irracional para no permitir que dirija nuestra vida, y así desbaratar el argumento al pensamiento negativo… ¿Por qué nos exigimos demasiado? ¿por qué nos hablamos así? Seguro que a tu mejor amig@ la hablarías con mucho más cariño… estos pensamientos que a veces pueden ser obsesiones surgen de nuestros miedos y nos hacen dudar de nosotros…
¿Cuáles son los pensamientos más frecuentes?
Los 3 mayores críticos internos que en menor o mayor medida hemos experimentado, seguramente más de una vez y que nos hacen estar mal, sentirnos mal y como decíamos nos impiden vivir la vida que queremos vivir, son la culpa, la envidia y la vergüenza.
La Culpa
Si hablamos de la culpa, podemos decir que es un sentimiento que no nos gusta, es un sentimiento desagradable que nace de la sanción, de la acusación, es decir algo que o bien hicimos o no hicimos y que se asumía que debíamos hacer o no hacer.
La culpa es difícil, puesto que está como muy aceptada socialmente, es normal sentirnos culpables…
Lo que ocurre es que hay dos de tipos de culpa, la culpa sana, la insana. Podríamos decir que la culpa sana, nos ayuda a reparar el error… si hemos hecho algo (o consideramos que nuestra actuación no ha sido del todo la esperada) pues la intención positiva es que repare ese error.
En cambio, la culpa insana se da cuando yo me digo que he hecho algo malo cuando realmente mi intención no ha sido hacer daño, ni perjudicar a nadie… realmente aquí me estoy haciendo responsable del sentimiento del otro. Por eso es insano, si por ejemplo un amigo te dice de quedar a cenar pero yo no puedo porque tengo otro plan o simplemente estoy cansada y le digo que no, pero la otra persona se enfada, me dice que ella lo haría por mí… podría sentirme culpable por no haber ido, y en ese caso estoy asumiendo, me estoy haciendo responsable del sentimiento del otro, no realmente de lo que a mí me apetece, y aquí está nuestro “pepito grillo”, nuestro saboteador diciéndonos “podría haber hecho un esfuerzo, ahora está enfadado, he actuado mal…
La Vergüenza
La vergüenza, también nos limita, y hace quizás que no nos queramos exponer…y es que la vergüenza, a veces, también va unida a la culpa, es decir, sentimos culpa cuando realizamos algo que va en contra de nuestros valores y a veces le puede seguir la vergüenza, porque si va en contra de nuestros valores puede manchar la imagen que tenemos de nosotros mismos… ante el caso que hemos puesto de ejemplo antes… si encima he dicho que no puedo ir a la cena y se ha ofendido mi amiga y a mí me gusta quedar bien con la gente, puedo sentir vergüenza por no haber estado a la altura de lo que la otra persona esperaba de mi… es decir la imagen que tenemos de nosotros se centra en la “falta cometida” y esto es lo que sentimos que nos identifica.
Y aquí se establece ese dialogo interno entre la voz que dice que lo has hecho mal y el qué van a pensar de ti…
La envidia
La envidia es relacionarte con la carencia, es decir un sentimiento de tristeza o a veces de enfado, que experimenta la persona cuando le gustaría tener algo que tiene otra persona.
Y cuando decimos de relacionarte con la carencia es en el sentido de sentir que no seamos capaces de merecer algo que tiene otro.
Aquí también podríamos decir que existe envidia sana y envida insana, la envidia insana es aquella que nos hace infeliz, la comparación continua y el ponernos en esa posición de inferioridad con respecto al otro… y la envidia sana, si es que podemos decir que existe la envidia sana sería la “admiración hacia el otro”, ya sea por sus cualidades, por sus recursos…
Aquí hemos resumido los saboteadores más habituales por así decirlo, pero hay muchos más, como el resentimiento, la crítica excesiva… y ¿qué podemos hacer?
Lo primero, identificarlo, darnos cuenta de esa voz que surge de nosotros y que nos hace infelices… y cuando lo identifiquemos el siguiente paso es: ponerle un nombre (si siento culpa, culpa, si siento envidia, rencor, crítica… lo que sea).
Luego vamos a preguntarnos ¿qué necesitamos? Sería como escuchar el mensaje que nos trae esa voz, ver ese para qué está aquí y qué necesito…
¿De dónde viene? Es de una experiencia de pequeña, si siento envidia hacia lo inteligente que considero a tal persona… es ¿por qué a mí se me dijo de pequeña que no era lista? Y ¿me comparaban quizás con alguna amiga?
Y luego vamos a transformar esa voz, ese lenguaje por un mensaje más positivo, siendo amables con nosotros mismos, es decir si nuestro saboteador nos dice que “nunca podré hacer eso” vamos a sustituirlo por un “nunca lo he intentado” en lugar de, por ejemplo: yo es que soy así, esto es muy típico el ponernos una etiqueta y justificar nuestra actitud, vamos a sustituirlo por un “en este momento estoy siendo…”
Y es que…qué importante es ser amables con nosotros, en lugar de tan duros y exigentes, es fundamental, y es que lo hacemos lo mejor que podemos Ana… por tanto vamos a pensar ¿qué nos gustaría que nos dijeran? ¿qué le dirías a alguien que está pasando por la misma situación que tú, que se siente igual que tú?
Seguro que sería una voz más compasiva, amable y empática ¿verdad?
También las críticas de los demás nos afectan demasiado, esto ocurre muchas veces, las críticas de los demás nos afectan demasiado porque están de acuerdo con esa voz crítica interior. Y están de acuerdo, por lo que hablábamos de la experiencia vivida, quizás en algunos casos puede que las lleves oyendo toda la vida en boca de otros, hacia ti o hacia otros, entonces claro que nos afecta, porque le dan sentido y fuerza a nuestra voz crítica… y aquí debemos separar también lo que es real de lo que no, la amabilidad como decíamos es fundamental.
Y ahora….¿qué vas a hacer con tus saboteadores internos?
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